@bastaríaMirarte
soy esto que escribo y eso que te hago sentir...
domingo, 17 de marzo de 2024
MICRO ABIERTO Poesia, dramatización y música en vivo
jueves, 18 de enero de 2024
RECITAL DE POESÍA
viernes, 5 de enero de 2024
¿El 2023 fue bueno para ti?
O te la hacen o uno siempre se auto pregunta al final de cada año o al comienzo del siguiente. Para extender la conversa, para comparase con el otro o consigo mismo o por la razón que fuere.
Para mí, como lector, fue bueno. Por segundo año
consecutivo, alcancé a leer 7 libros, no uno cada 2 meses necesariamente,
porque algunos los devoré en pocas semanas o días -como Un buen taxista es
difícil de encontrar (Aarón Alva) y Trem-bala (Martha Medeiros)- y porque otros
llevaron más tiempo por diferentes razones, sea porque se interpuso mucha carga
de trabajo o periodos en que preferí ver series o películas o, seamos sinceros,
una mayúscula desidia.
Lo concreto es que completé la lista con Aromas (Philippe
Claudel), Delirio (Laura Restrepo) -éste me voló la cabeza, tanto por la
historia como por la técnica de narración-, Martes con mi viejo profesor (Mitch
Albom), Maridos (Ángeles Mastretta) -una de mis autoras favoritas- y El velo
del miedo (Samia Shariff), que me cautivó más por la descripción de las
abominables violaciones de derechos que sufren las mujeres bajo el integrismo
musulmán que por la historia en sí.
Entre uno y otro también leí artículos sobre mi trabajo como
profesor, blogs y escritos de amigos, un comic de La metamorfosis, algunos
chistecillos y las ineludibles y nefastas noticias del acontecer diario, como
diría el rey de los huachafos. En la primera mitad del año, fui invitado a ser
juez en un concurso. Leer cuarenta y cuatro cuentos no fue una tarea, sino una
distracción, un placer, una huida obligada de este mundo. Y un gran
aprendizaje. Deberían invitarme todos los años.
Por tener más de 800 páginas, aún sigo leyendo desde el año
pasado un libro delicioso de ensayos y crónicas de Mariana Enríquez -otra
autora que idolatro-, El otro lado. También quedó pendiente el clásico Madame
Bovary, del que leí unas ochenta y tantas páginas y lo dejé no sé por qué,
porque me gustaba la novela. Fue un artículo en internet sobre el bovarismo y
su relación con las actuales redes sociales lo que me llevó a comprarlo y
comenzar a leerlo. Ahora que lo pienso mientras escribo, una posible explicación
podría ser que me atacó una insatisfacción talvez climática -el frio y la
humedad de Lima- o psicológica -los astros míos no estaban bien alineaos,
chico- o conyugal, como le sucedió a la propia Emma.
Creo que no olvido ninguno. Pasemos a la música.
Fue bueno, también. Pudo ser mejor, pero tenía otros
horarios laborales que respetar. Aun así, fue mejor que el 2022 porque se
reanudó la actividad con uno de mis grupos, que llevaba una sequía prolongada,
y porque se concretó un proyecto que nos llevó, con otro grupo, a tener tocadas
mensuales que se prolongarán por los próximos dos años.
Tocar batería es una de mis pasiones y actividades favoritas. Nada
se compara a darle duro a unos tambores y que la gente se divierta. Nada se
compara a la complicidad entre músicos que se revela en cada canción. Nada se
compara a lavar la camisa sudada al día siguiente del show. Además, tiene la
particularidad de hacerme bien al espíritu, al ego, a la salud y un poco al
bolsillo.
¿Y la escritura?
Debió ser mejor. Escribí poco, dos textos en mi blog, dos en
LinkedIn y también un par de capítulos de la segunda novela que comencé A.P.,
antes de la pandemia. Lo bueno fue que me senté y escribí, saliera lo que
saliera, sin rascarme la cabeza ni perder tiempo, editando después, como debe
hacerse. Tal como estoy escribiendo éste.
Finalmente, como profesor, una de mis mayores satisfacciones
del 23 fue volver a dictar el taller de escritores y descubrir -o mejor dicho,
constatar- entre mis alumnos y no alumnos, cuanta calidad literaria hay entre
nosotros. Y siempre será una alegría y un privilegio poder contribuir al
crecimiento personal y profesional de mis alumnos, viendo cada semestre cómo
perfilan su vida y sus sueños.
Gracias por el 2023.
¡Quiero un 2024 mejor, mucho mejor!
¡Sea!
(c) LevAlbertoVidal/enero2024
Originalmente publicado en https://www.linkedin.com/pulse/el-2023-fue-bueno-para-ti-lev-alberto-vidal-tkg3e
sábado, 25 de noviembre de 2023
ENTREVISTA EN LA FERIA VIRTUAL DEL LIBRO PERÚ
Los invito a ver la entrevista que me hace Leni Zilioto desde Mato Grosso, Brasil, sobre mi relación con Brasil, mi trabajo como profesor y mi novela Las Miradas. Conversamos en portugués, mas tenho certeza que vão entender...
miércoles, 22 de noviembre de 2023
¡FELIZ DÍA DEL MÚSICO Y DE LA MÚSICA!
1991 |
2023 |
Cada 22 de noviembre se celebra el
Día Internacional del Músico.
Se atribuye la conmemoración de
esta fecha a Santa Cecilia, una romana inmortalizada en cuadros tocando laúd,
órgano o arpa, canonizada gracias a su "irresistible atracción por los
acordes musicales" y considerada desde entonces patrona de los músicos y
poeta.
No pretendo historiar sobre su
vida. Como músico que soy, sólo quiero aprovechar la ocasión para homenajear y
abrazar a todos los músicos de la vida y, en particular, a los de mi vida,
quienes me dieron y continúan dando el placer de su compañía en un escenario,
el gozo de su amistad y la luz de sus enseñanzas.
Mi homenaje a los MÚSICOS que
trabajan las madrugadas y vuelven a casa con el pan y los tamales, a los que
van hasta la punta del cerro para ganarse su “bolo”, a los que cantan en las
esquinas pese a la tos o el serenazgo, a los que alegraron nuestra vida y penas
desde sus balcones o “mangueando” sufridos en las calles durante la pandemia, a
los que se queman las pestañas, ojos y cejas componiendo para otros, a los que
pasan años solfeándoles notas a sus alumnos.
A los ingenieros, médicos o
abogados que en el fondo no tan fondo son músicos y vuelven corriendo a casa
para practicar su instrumento, a los que gracias a su arte son el alma de los
cumpleaños, a los que citan frases de letras de canciones en cada conversación
y, cómo no, al músico que todos llevamos dentro, que desenfunda la guitarra
mientras se baña, tararea con los headphones en las orejas mientras viaja en el
transporte público, silba en la cola del banco o, como yo, toca unos tambores
invisibles mientras maneja su auto.
¡Abrazos para ustedes!
En una escena de la película
Pasante de moda, Robert de Niro, en su personaje de Ben Whittaker, cuenta que
una vez leyó que “los músicos no se jubilan; dejan de tocar cuando dejan de
tener música en el alma”.
¡FELIZ DÍA DEL MÚSICO Y DE LA
MÚSICA
En Argentina también se celebra el
Día Nacional del Músico cada 23 de enero, fecha de nacimiento del único, Luis
Alberto Spinetta.
©LevAlbertoVidal/nov2023
miércoles, 13 de septiembre de 2023
Miércoles de poesía
Otra edición de los Miércoles de Poesía organizado por el coletivo Días Circulares, esta vez en el Bar Delfus, que conozco muy bien. Participé leyendo mi poema "Me gustas así" escrito en el 2015 y que cada día me gusta más.
domingo, 30 de julio de 2023
MAÑANA...
Nadie vino a inquirirme.
Mañana…
(c)LevAlbertoVidal/Ene2023
viernes, 9 de junio de 2023
TERTULIA DE POETAS EN SU SALSA
Tertulia de poetas en su salsa.
Auditorio del Centro Cultural de la Municipalidad de Jesús María, 7 p.m.
Gracias a Roberto Rios del Águila por la invitación a leer.
lunes, 14 de noviembre de 2022
EL CHARLIE WATTS CALETA
viernes, 14 de octubre de 2022
PUBLICACIÓN DE "LAS MIRADAS"
foto: Rose Falcão
Les comparto, con alegría infinita, la publicación de mi novela “Las Miradas”.
El camino para escribirla fue largo y tuve que asumir varios costos, pero rico para crear a los personajes, desafiante para retratar sentimientos y situaciones, y generoso para aprender mucho de mí mismo.
Esta es mi hija, que sacó lo mejor de mí
durante casi cuatro años. Ahora toca verla crecer.
De venta en librerías:
- Communitas (Av. 2 de mayo 1690, San Isidro)
- Escena Libre (Av. Camino Real 1075, San Isidro)
- El Virrey (Bolognesi 510, Miraflores)
Compras on line: Las miradas – Grupo Editorial Caja Negra
(C)LevAlbertoVidal/oct2022
viernes, 11 de junio de 2021
PROCESIÓN
‒Hola amor, ¿qué tal tu clase?
‒Pucha, una maravilla, como siempre. Ese profe es lo
máximo. ¿Y tú?
‒Bien, esperándote… te preparé lo qu…
De
repente, frunció el ceño, arrugó la nariz, pensó
por dos segundos y…
‒¡Hueles a procesión!
Se
acercó más a mí, puso su nariz sobre mi hombro, me olfateó las costuras, los botones
y el cuello de la camisa, revisó el bolsillo, subió hasta mi cuello ‒que despreció impunemente, cosa extrañísima en ella‒, alejó presurosa la nariz y fijó sus ojos en los
míos, preguntándome con aire de desconfianza, manos en la cintura y seguramente
maldiciéndome en sus adentros:
‒¿Dónde has estado?
Los
ojos se me fueron hacia atrás. Con un movimiento robótico, levanté el brazo
derecho hacia ella, mostrándole la muñeca.
‒Huele, dije.
Dudó,
pero lo hizo.
‒¡Dios!, ¿qué es esto?
‒La respuesta a tu pregunta.
‒¡No respondiste dónde has estado!
Y
ladeó la cara y aleteó los brazos en ángulo, como gallina que se espanta.
Le
conté que en el taller de escritura habíamos utilizado olores como estímulo
para escribir.
‒¡Noooo…, qué lindo ejercicio!, ‒dijo, enseñándome por millonésima vez ese trabajo de
orfebrería fina que dentista alguno ha hecho jamás en dientes humanos. ‒Vamos a la mesa y me sigues contando.
Desde
que llegué a casa, había dejado de pasarme la mano por las fosas nasales
intentando en vano quitarme ese maldito olor. Maldito, digo, porque ni la
fricción con la mano, ni agua con jabón, ni alcohol, ni el par de cigarros que
fumé lograron ayudarme en mi propósito. Primero fue como un pachuli, luego olía
a uniforme de mecánico, a escape de gas, a orines en la calle y cuando llegué a
casa, a procesión.
Fui
al baño para intentar una vez más acabar con la tortura. Me metí
infructuosamente el índice en ambas fosas nasales, girándolo como si quisiera
entornillarlas a la pared y sólo logré arañármelas y arrancarme unos pelos. Me
consolé lavándome las manos y oliendo el aroma a rosas del jabón.
Entré
a la cocina. El olor de la comida me jaló de la nariz hacia la mesa. Ella
volteó hacia mí llevando en las manos un enorme plato de tallarines verdes con
bistec, humeante, tan incitante como sedicioso, que devoré de una sola
inhalación.
Antes
del postre, mi mujer hizo el ademán de pararse, me cogió el rostro con ambas
manos y se aproximó a mí. Olió. Sonrió y me echó una de sus miradas, esa de adolescente
escribiendo en su diario cosas sobre nosotros, y mirándome, me estampó el beso
más tierno en la punta de la nariz.
‒¿Todo bien, amor?
‒Todo…. sí.
©Lev Alberto Vidal/28oct2015
viernes, 29 de mayo de 2020
MEU PRIMEIRO BEIJO DE AMOR (NãO NOSSO, MEU)
Levantei da carteira. Fui atrás dela, que tinha ido jogar algo na lixeira. A professora nos olhou pelo canto do olho. Lu virou a cabeça para mim ao sentir minha presença. Ficou surpresa por eu ter andado atrás dela sem qualquer motivo. Franziu a testa, abriu os olhos. Voltou. Eu também. Virou de novo, mais estranhada ainda, mais que a professora, mais que todos os colegas juntos que acompanhavam a cena. Sentou. Eu ia sentar, mas parei. Não sei pra que. De repente, inclinei o corpo, me aproximei dela e a beijei na bochecha. Todo mundo ficou pasmo, principalmente eu. Lu virou a cabeça. Pude ver seus lábios entreabertos, os dentinhos de coelho, a carinha feito ponto de interrogação. Tensão na sala. Todo mundo aguardando os acontecimentos. Vai bater, vai bater, ouvi de mansinho por ali. Me senti tão ameaçado nesse momento, mas a carinha linda dela foi mudando. Aos poucos, o movimento dos lábios dela foi engordando-lhe as bochechas e seus olhos começaram a ficar mais puxadinhos. Feito planta que pega chuva após a seca, fui retornando à minha posição vertical e a sala foi se iluminando conforme o rosto dela ia sorrindo. Aí, todos os colegas começaram a gritar eeeeee... Houve até quem batesse umas poucas palmas. A professora, longe de reclamar meu comportamento, os olhos cheios de meiguice, olhava a cena de lado. Como eu era ousado aos oito anos...
sábado, 21 de marzo de 2020
ÓRGANOS
lunes, 20 de enero de 2020
PATA DE PERRO
martes, 12 de noviembre de 2019
LA TORTUGUITA SIN NOMBRE
En el lugar,
te cuentan que las tortugas marinas habitan esa zona hace mucho tiempo y que
luego de la construcción del embarcadero y del desarrollo de los menesteres
pesqueros, su curiosidad las empujó a acercarse a la playa, al punto de ser hoy
su principal atractivo y eje del comercio turístico de la zona.
¡Vieran cómo los niños de toda edad se bañan junto a ellas!
Yo, que no
tan en el fondo también soy un niño, me uní al grupo de bañistas. Confieso que
fue muy incómodo. Tenía la sensación, cuando pasaban cerca de mí, de que me
morderían los pies; por eso me bañaba en cuclillas. Y las pequeñas ondas que
generaban a su paso ‒¿o debería decir nado?‒ me producían unos escalofríos tremendos. Mi consuelo era
pensar que habiendo tantos pies alborotados, no mordería justamente los míos.
Diez minutos
estoicos fueron mi prueba de valor. Salí del mar, caminé por el muelle en
dirección a la orilla y me bañé ‒ahora sí‒ lejos de ellas, relajado. Me revolqué en la arena desde los
pelos hasta las patas y me zambullí repetidas veces en ese mar de Dios, que de
seguro, es una idea muy próxima de lo que me espera en el paraíso.
Quise ponerle nombre cuando le dije “éste es tu sitio”, al lado de la laptop. Diez meses después sigo pensando. Si fuera mi hija, porque asumo que mi tortuguita es hembra, ya habría decidido su nombre con anticipación y a la mierda los demás que vinieran a decirme ponle así, ponle asá… Pero es, sencillamente, otro de tantos recuerdos que tengo sobre mi escritorio, ya con cara de mostrador de mercachifle. Sin embargo, me mira, con resignación creo. Vive a la espera, moviendo la cabeza al compás de la bocanada que entra por la ventana. Es mi compañera de tipeo. Vemos telenovelas colombianas en YouTube. Se come las migajas que caen al escritorio cuando como pan. Y duerme tarde, como yo.
Cómo, pues, le vas a poner un nombre pescao del aire, mijo…
lunes, 13 de mayo de 2019
ETE QUELO
jueves, 14 de marzo de 2019
ME GUSTAS ASÍ…
jueves, 28 de febrero de 2019
TERRENO BALDÍO
Cuando
estás al lado mío,
inquieto,
mi corazón jipío,
suda
frío, se calienta,
se
para, se sienta, gañe, llora, sonríe.
Cuando besas mi desvarío
ansioso, mi corazón tapatío
se estruja, se agasaja,
se colma y me empuja a que te porfíe.
Cuando me abrazas con ese brío
inerme, mi corazón estío
pierde la hora, se aloca,
aclama y por fin ríe.
cabello de caracoles,
sientas frescos estos verdores
y tu camino no se desvíe
de esta pasión que me alienta
y me niega como terreno baldío.
jueves, 14 de febrero de 2019
EN SU CUARTO
martes, 29 de enero de 2019
FERIADO
Hoy que es feriado